El cofre

Guardo en un cofre viejos tesoros y restos de naufragios. Es de madera tallada, regalo de mi abuela. Hace tiempo que no puedo poner nada dentro, está lleno y me gusta que la tapa ajuste perfectamente. Contiene capturas y restos de batallas. Cartas perfumadas y mapas de corazones, pequeñas joyas y flores secas. Todos reposan referescando la memoria de viajes que han surcado días y noches, fruto de cierta vocación exploradora, inusitada sus confines.

Solía desde el camarote escribir cartas. Me hacían sentir libre. Nada más existía que un alma abierta a un universo de matices, donde encontrar espejos en que se reflejar y proyectar sensaciones que se devolvían, en ocasiones, ampliadas. Es lo único que de ellas guardo en mi cofre, pues según el papel quedaba lleno de palabras inmediatamente era lanzado al mar.

Arboles

Un árbol que no puede elegir dónde nacer ni la tierra que lo alimente. Y que aun así crece, a menudo poderoso, siempre hermoso, se diría que feliz. Y vive por muchos años...

Un hombre que tampoco puede elegir dónde ha de nacer pero si la tierra que le ha de alimentar...