24.9.05

Gotas

Estaba terminando de amanecer cuando el atasco detenía su paso. La escena de Coixet que cada mañana debía repetir.
El limpiaparabrisas arrastraba la lluvia, bebida en silencio en el transcurrir de sus días. Cada pasada limpiaba la luna y devolvía la nitidez. Tan útil era el mecanismo que tiempo atrás había decidido hacerlo propio. Y sin necesidad de deshojarse en pequeñas gotas funcionaba borrando humedades.
Dos metros más adelante ya ni era necesario. Era otra ventaja.
Semáforo en verde. Vía libre al día.